Si hay algo a lo que nos estamos acostumbrando en la sociedad actual es a que siempre tenemos que tener lo último de lo último. Cada vez que sale el nuevo modelo de iPhone, o el nuevo modelo de BMW o la ultima colección de ropa tenemos que comprarlo.
Parece que si no estás a la última la gente te mira como un pobre desgraciado. Es muy posible que las redes sociales estén contribuyendo a incrementar esta tendencia ya que genera mucho más likes lucir el último iPhone que un modelo anterior. Y nos guste o no, cada vez nos mueve más la obsesión por conseguir likes.
Está claro que a todos nos gusta tener la última tecnología o los diseños más innovadores pero el problema viene cuando analizamos lo que esto implica y lo absurdo que puede llegar a ser todo.
Porque estás a la última en todo implica gastar mucho dinero en cosas que pronto pierden su valor en el mercado. Comprar el último iPhone ya cuesta más de 1000 euros y un año más tarde tiene un valor de mercado menor a la mitad. ¿Acaso ese iPhone ya no te vale? ¿De verdad en un año ese teléfono ya no te vale y necesitas volver a gastar dinero en uno nuevo?
Esto mismo ocurre con cualquier cosa de la que hablemos. Parece que cuando algo no es el último modelo ya no es bueno, ya no nos sirve. Hasta hace poco tener un mueble antiguo o un coche clásico era lo mas cool, sin embargo todo eso va dejando de tener valor.
Mucha gente está dispuesta a comprometer su economía y estabilidad por lucir el último modelo y conseguir aparentar un poco en redes sociales y conseguir unos cuantos likes. Y precisamente esto es lo que más absurdo y grave me parece. Cómo la sociedad de hoy en día cae en la trampa del endeudamiento, de trabajos que les hacen infelices y situaciones inestables por aparentar estar a la última o tener un nivel de vida que realmente no se pueden permitir.
Es alucinante ver cómo cada vez la gente condiciona más sus vidas basadas en lucir y aparentar frente a los demás, les conozcas o no. Tengas el dinero para ello o no. Por que los que son ricos y quieren demostrarlo como sea a base de comprar cosas caras ha ocurrido siempre, y por eso siempre han existido marcas de lujo. Yo si fuese rico también me compraría el último modelo de Porsche 911. Insisto en que el problema es en los que no son ricos pero comprometen sus vidas por aparentar serlo.
Y la realidad es que sin ser rico podría comprarme un Porsche 911 y sería igual de feliz que con el último modelo. Por no ser el nuevo no dejar de ser un Porsche 911. Es más, gracias a que lo que no es nuevo deja de tener valor muy rápido puedes permitirte disponer de cosas que hace unos años eran inalcanzables y absolutamente de lujo. De hecho, a día de hoy tengo un Porsche Cayenne que en su día costaba más de 100.000€ y a mi me ha costado menos de 15.000€. ¿A caso por tener 13 años ya no es un coche de lujo? Antes de este también tuve un Porsche Boxster que nuevo costó 80.000€ y yo pude tenerlo por menos de 10.000€. ¡¡El coche que llevaba soñando desde pequeño por menos de 10.000€!! Como te has dado cuenta me gustan los Porsches.
La verdad es que si eres un poco listo y no te condicionas por lucir el último modelo puedes tener a tu disposición los artículos de lujo que tu quieras. Solo tienes que esperar un poco. Lo bueno es bueno cuando es nuevo y cuando tiene 10 años. En estos momentos estoy escribiendo esto desde mi iMac con 10 años de antigüedad y que funciona y luce como si fuese nuevo. En la oficina tengo el último modelo y apenas noto diferencia entre usar uno u otro. Bueno si, la diferencia es que éste me costó 4 veces menos. Porque lo antiguo no significa que sea malo.
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